Colección Dominicana
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Examinando Colección Dominicana por Autor "Acevedo, Octavio A."
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Ítem Hormigón o concreto armado : a ciencia del ingeniero y los pseudos-constructores(La Cuna de América, 1916) Acevedo, Octavio A.El hormigón o concreto simple, es decir, no armado, producto artificial de la unión del cemento, arena y piedra triturada, no es de reciente invención, pues ya, antes de Jesucristo, se usó en Palestina en la construcción del acueducto de Jerusalén. También lo emplearon los egipcios hace más de cuatro mil años, los cartagineses y los romanos. La espléndida cúpula del Pantheón, en Roma, construida en los albores de la edad cristiana, es, sin disputa, el más grande y atrevido ejemplar de construcción de concreto que hemos heredado de aquellos remotos tiempos.Ítem Tópicos técnicos(Tip. El Progreso, Emiliano Espinal, 1917) Acevedo, Octavio A.Ítem Tópicos técnicos(Tip. "El Progreso" Emiliano Espinal, 1918) Acevedo, Octavio A.Sobre la margen occidental del río Ozama, a 10 metros sobre el nivel de sus aguas, se levanta, orgulloso de su antiguo esplendor, el histórico Palacio del Almirante, construido en la segunda década del siglo XVI por Don Diego Colón, hijo del glorioso Descubridor, Virrey y Almirante de las Indias. La Virreina Doña María de Toledo, sobrina del Rey Don Fernando el Católico, paseó su figura gentil y donairosa sobre las amplias y cómodas galerías y parece como si se proyectara aún su majestuosa apostura sobre los sólidos muros y se destacara toda vía su opulento busto al pié de las altas ventanas.Ítem Viaje oficial por el interior de la República(Tip. "El Progreso", 1918) Acevedo, Octavio A.Ítem Vías de comunicación(La cuna de América, 1910) Acevedo, Octavio A.A primera vista podría creerse, á juzgar por el titulo, que estas humildes páginas constituyen un Tratado sobre vías de comunicación. Como se verá, no son otra cosa que artículos sueltos, sin ningún mérito y sin ninguna pretensión, relativos á esa importantísima materia. En ellos no encontrará la crítica bellezas literaria ni luminosas disquisiciones científicas; pero todo buen dominicano que ame entrañablemente el terruño, convendrá en que han sido escritos con una sincera buena voluntad y con un inmenso afán de prosperidad y grandeza para la República.